SE HIZO JUSTICIA

     Esta mañana escuché la noticia de que un toro en Madrid había corneado al torturador que algunos llaman torero.

     Cada vez que escucho una noticia de este tipo pienso: "se hizo justicia". Por supuesto me declaro opositor incondicional ante actividades como esta, que no son culturales ni deportivas ni ningún otro adjetivo justificativo, como los defensores de  las corridas quieren hacer creer. Son nada mas ni nada menos que un asesinato a un ser que, contra su voluntad, porque no puede elegir, está en inferioridad de condiciones, frente a la cantidad de torturadores que tiene enfrente y que se deleita en hacerlo. Por supuesto que la actividad no existiría si no hubiera gente , bien morbosa por ciento, que pagara una entrada para ver el "espectáculo". 

     Esta mañana, comentando la noticia en la radio, el periodista Enrique Vazquez, en su programa La otra mañana por Radio del Plata, agregaba algunos datos que subieron mi indignación hasta tal punto, que me propuse dejarlo por escrito. Vazquez preguntaba a la audiencia si sabían como se "preparaba" al toro para un "lid". Se lo tiene desde el día anterior en un lugar oscuro y sin comer. Se le suministran diarreicos para que se debilite, y para completar, unos hijos de puta - perdón pero no encontré un calificativo mas apropiado - le pegan en los músculos de las patas delanteras y traseras con unas bolsas de arena, tipo cachiporras para entumecer los mismos.

     Entonces sí, cuando suenan las trompetas, el toro es enviado a la arena, enceguecido por el sol, luego de haber estado todo un día a oscuras, debilitado por el hambre, la diarrea y los golpes, a enfrentarse con el "valiente torero". Pero por las dudas todavía vienen unos tipos a caballo y le clavan banderrillas en la espalda y el cuello. ¿Alguna vez tuvieron dolores en la columna o en la cervical? Yo sí!! Por una hernia de disco, y el dolor que se irradia a los nervios de las piernas es insoportable y no te permite moverte. Bueno, ahí le clavan las banderillas, de modo que además de desangrarse, cada movimiento de la cabeza le produce al toro terribles dolores.

     Y en esas condiciones, "el matador" espada en mano, luego de varios "ole" de la tribuna procede al asesinato de un animal que ya está entregado.

     Por eso, cada vez que ocurre un episodio como el de ayer...me repito: ¡¡Coño, jódete, te lo buscaste!!

     Y como dicen en los escritos judiciales: Será Justicia